¿Qué diferencias hay entre ser emprendedor y ser empresario?

María Laura Fuentes

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Jun 15, 2021
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¿Es lo mismo ser emprendedor que ser empresario? Hemos querido desgranar qué piensan los representantes del ecosistema emprendedor al respecto de la eterna disquisición. Éstas son sus conclusiones. ¿Te identificas con alguna?

Por las redes sociales hay múltiples chascarrillos del tipo de “Un día eres joven y al otro… te descubres poniéndole una funda al sofá, paseas con las manos a la espalda, estás más pendiente de la báscula que del pastel”, etcétera. Este pequeño ejercicio sociológico cargado de socarronería permite desgranar con bastante lucidez los signos que nos avisan de que estamos madurando. Pues bien, hemos querido aprovechar esa broma para analizar las diferencias entre emprendedor y empresario porque somos conscientes de que muchos emprendedores descubren un día, como el joven que le pone la funda al sofá, que han perdido gran parte de la ilusión y la locura inicial y se están convirtiendo más en empresarios o gerentes de su compañía.

Normalmente es una transición que tiene que ver con la línea temporal: se empieza emprendedor/ra y se termina empresario/a. “No se puede ser empresario sin haber sido emprendedor, aunque un empresario siempre puede volver a ser emprendedor”, recuerda Jesús Charlán, profesor de ESIC y CMO de Dioxinet. Juegos de palabras aparte, ¿cuándo se produce la transición? Éstas son las respuestas de varios emprendedores y expertos.

Un día eres emprendedor y al otro… respondes “porque lo digo yo”​

Tradicionalmente, el empresario suele relacionarse con una forma de liderar más vertical y al emprendedor se le vincula con un estilo de gestión horizontal, “el emprendedor es compañero y el empresario es jefe, el primero trabaja en equipo y el segundo dirige”, matiza Charlán. Algo en lo que coincide Carlos Oricchio, director y dueño de Sul Mare Hotel, Carilo Sul Mare, Carilo Palace Apart & Spa y Las Cuatro Estaciones Carilo Apart & Spa: “El mejor ejemplo que puedo dar es la diferencia entre mi padre (a quien considero un empresario) y yo, (definiéndome como un emprendedor). Ambos tenemos la misma formación académica (abogados), pero maneras distintas de manejar los negocios. Para mi padre la empresa debe ser vertical. Una voz de mando y el resto cumple órdenes. En mi caso, transformé la empresa en una estructura más horizontal, en donde todos trabajamos a la par”.

Un día eres emprendedor y al otro… exclamas “eso es una locura”​

¡Cuidado! El día en que te plantees que es una locura afrontar un nuevo proyecto, plantear una nueva estrategia o emprender un nuevo camino será el momento de reflexionar si has dejado de ser emprendedor. Todas esas “locuras” están en el ADN del emprendimiento. Alberto Chao, cofundador de Voices & Views, coincide en esa apreciación: “en empresario o directivo trata siempre de escoger la mejor solución ante el problema que se le plantea, el emprendedor innova, parte de cero.” Para Juan Manuel Rius Ruh, CEO de Sherplay , “un emprendedor nunca debe dejar de emprender: siempre hay nuevos retos, cambios en el mercado, caminos por explorar. Si no enfrentamos esto con una mentalidad emprendedora, creamos e iteramos continuamente, estaremos destinados a quedar fuera del loop y fracasar o, peor aún, sobrevivir. En el momento en que un emprendedor pasa a convertirse en empresario le pone fecha de caducidad a su empresa”.

Un día eres emprendedor y al otro… te planteas ¿cuánto me va a costar esto?​

Como defiende Antonio Rodríguez, CEO y fundador en 55 grados, “el empresario suele ser más cauteloso a la hora de tomar sus decisiones para no perjudicar a la empresa”. Coricchio insiste en esa idea: “Mi padre siempre trata de maximizar sus beneficios frente al resto de los stakeholders y sobre todo de los proveedores. Yo trato de generar relaciones a largo plazo, en donde ambos nos veamos beneficiados y poder crecer juntos. En el caso de la relación con los clientes, por ejemplo, mi padre solía decir “los clientes hagamos lo que hagamos se van a quejar”. En mi caso, me propuse escucharlos y terminé mejorando el servicio y haciendo clientes más felices”.

Un día eres emprendedor y al otro… te cuestionas ¿pero, esto da dinero?​

Es similar al anterior, pero, si en el caso anterior el foco está en los costes, en este está en la rentabilidad. Esto es casi más un defecto del emprendedor que del empresario: el primero tiende a construir castillos en el aire y a probar cosas nuevas sin mirar a menudo cómo va a rentabilizarlas: la clave es lanzar y lanzar y mejor en modo prueba/error. Llevado el estereotipo hasta el extremo, se dice que el emprendedor persigue sueños y el empresario hacer caja. En opinión de Coricchio, es una cuestión de propósito: “mientras que mi padre mide el éxito por el dinero que ingresa, mi medición está en tener empleados contentos, clientes felices y generando valor. En conclusión, el emprendedor no solo mira el negocio desde el punto de vista económico, sino del impacto que genera tanto en la sociedad, los otros y uno mismo.”

Un día eres emprendedor y al otro… “tienes” una empresa​

Es cierto que hay mucho emprendedor que también siente la empresa como si fuese su tesoro, pero ese sentimiento es generalizado en el empresario, tal y como se refleja en las propias definiciones de la RAE: emprendedor/a, “persona que emprende acciones o empresas innovadoras”; empresario/ra, “titular propietario o directivo de una industria, empresa o negocio”. Una diferenciación con la que está de acuerdo Rafael Fuertes, fundador y CEO de Buscounchollo.com, Esquiades.com y Amimir.com: “un empresario es el propietario de un negocio y un emprendedor es quien desarrolla, construye, tira adelante un negocio. Un emprendedor tiene muchas ganas de desarrollar, construir una empresa y desarrollarla para hacerla crecer, en cambio un empresario “tiene” una empresa”. “Es un poco como la diferencia entre el ser y el estar: es difícil discernir dónde empieza uno y dónde acaba otro. Ser emprendedor significa tomar acciones humanas y creativas para construir algo de valor a partir de prácticamente nada, pero requiere pasión y compromiso para llegar a la visión deseada,” insiste Rodríguez. Para Joan Riera, profesor de ESADE y presidente de Active Development, “emprender es una actitud. Uno tiene carácter emprendedor y no carácter empresario”.

Un día eres emprendedor y al otro… dices “virgencita que me quede como estoy”​

Este tópico está muy relacionado con el inmovilismo que a menudo afecta al empresario: si las cosas funcionan, ¿para qué cambiarlas? En opinión de Rodríguez, “los emprendedores tenemos un rival acérrimo llamado zona de confort. Su presencia es tentadora porque toma la forma de aquello que nos gusta, es muy difícil resistirse si no estamos atentos. Sin embargo, es el lugar donde la comodidad y la seguridad aparentes mantienen cautivo a nuestro espíritu emprendedor.” Como defiende Charlán, “hay que saber cambiar de chaqueta: ponerse la americana de empresario para gestionar el negocio y luego ponerse la camiseta del emprendedor para analizar nuevos proyectos”.

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Fuente: https://www.emprendedores.es/gestion/emprendedor-empresario/
 
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